La cadena de la soja está, indefectiblemente, ante un momento con desafíos, internos y externos que pueden marcar el rumbo futuro para una actividad que genera divisas por unos US$18.000 millones por año. La pérdida de proteína, las tendencias globales por la producción sustentable, el trasfondo de la guerra comercial EE.UU.-China y hasta el impacto de la eliminación del diferencial de retenciones del 3% que existía entre el grano y los subproductos configuran algunos de los temas que están en la agenda de la cadena. De todo esto, entre otros tópicos, giró Mercosoja 2019, el congreso que organizaron la Asociación de la Cadena de la Soja (Acsoja) y la Federación de Acopiadores de Granos, y que se realizó en esta ciudad.
Cadena de la soja: desafíos internos y externos que pueden marcar el rumbo
ROSARIO.- La cadena de la soja está, indefectiblemente, ante un momento con desafíos, internos y externos que pueden marcar el rumbo futuro para una actividad que genera divisas por unos US$18.000 millones por año. La pérdida de proteína, las tendencias globales por la producción sustentable, el trasfondo de la guerra comercial EE.UU.-China y hasta el impacto de la eliminación del diferencial de retenciones del 3% que existía entre el grano y los subproductos configuran algunos de los temas que están en la agenda de la cadena.
De todo esto, entre otros tópicos, giró Mercosoja 2019, el congreso que organizaron la Asociación de la Cadena de la Soja (Acsoja) y la Federación de Acopiadores de Granos, y que se realizó en esta ciudad.
¿Qué pasa con la proteína? Los datos muestran una fuerte caída. De un 39,7% de proteína que tenía la soja en 2000/2001, se cayó a 34,6 por ciento en las últimas campañas. Solo en los últimos diez años hubo un retroceso de 2,5 puntos. Con la molienda se intenta mejorar el nivel, pero no alcanza. El problema se agravó. De hecho, hasta 2013 había una base para la comercialización de harinas del 47%, que se tuvo que bajar ya al 46,5 por ciento. Los competidores directos del país están bien arriba: 48 por ciento en Brasil y Paraguay y 47,5 por ciento en los Estados Unidos.
"Está en riesgo la exportación de harina de soja, el principal producto del país (US$10.000 millones)", alertó en Mercosoja Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC). El ejecutivo ejemplificó que Vietnam, el mayor comprador en Asia con casi cinco millones de toneladas, viene alertando por la calidad del producto que le llega.
En las charlas, los expertos pusieron la lupa tanto en aspectos como en las variedades, el ambiente, el manejo hasta la nutrición que se aplica. Puntualmente sobre esto último, la fertilización, Gustavo Martini, de Aacrea, mostró, con datos de IFA-IPNI, cómo la Argentina está debajo de sus competidores.
Más allá de la diferencia de suelos que se presentan, en pentóxido de fósforo (unificando los diferentes fosforados), la Argentina está en 10,4 kilos por hectárea, por debajo de los 20,7 kilos/ha de los Estados Unidos y bien lejos de los 81,1 kilos por hectárea de Brasil.
Martini detalló que, con menores costos por el lado de la semilla y el bajo uso de fertilizantes, la soja argentina es, comparando las mejores tierras en los distintos países (zona núcleo en la Argentina), más competitiva que en Brasil (Mato Grosso) o en Estados Unidos (el cinturón sojero-maicero).
Así, mientras para la Argentina el análisis da un margen bruto sobre los costos totales del 23%, es del 18% en Brasil y 13% en EE.UU. Pero Martini dejó el mensaje de que esos elementos que representan un menor costo puede ser un factor negativo a mediano plazo.
"Tenemos una preocupación porque en los últimos años el nivel de proteína de nuestra soja fue cayendo y gran parte del valor de la soja pasa por su nivel proteico. Lo que más le vendemos al mundo es harina, por lo tanto tenemos que ver cómo revertir o al menos estabilizar esta situación para no caer a niveles tan bajos que nos quite competitividad. En esta línea estamos debatiendo cómo lograrlo", expresó Luis Zubizarreta, presidente de Acsoja.
Para Zubizarreta, "uno de los problemas surge por los mayores rendimientos". Al respecto, agregó: "Hay más proteína por hectárea, pero eso nos lleva a producir una harina que tiene un nivel proteico que no satisface tanto a nuestros clientes".
Según el presidente de Acsoja, el riesgo es que algún mercado "vire" su demanda hacia otros productores que puedan garantizar un mayor nivel.
"Es importante que todos los miembros de la cadena nos involucremos porque, en definitiva, va a tener una repercusión en los precios", afirmó el presidente de la cadena de la soja.
Entre otros conceptos, el fitomejorador Rodolfo Rossi señaló que así como hay aspectos de la variedad, el alto rendimiento y la nutrición ("eso es clave", remarcó) que puedan influir, también hay información disponible hoy, por ejemplo, en la Recso (Red de Evaluación de Cultivares de Soja), donde aparecen variedades destacadas tanto por proteína como por el nivel de aceite.
"Se necesita un replanteo tecnológico de la producción de soja para que haya una relación virtuosa entre rinde y proteína", apuntó Idígoras en su charla.
Verónica Vicco, gerenta regional de Calidad de LDC (Louis Dreyfus), destacó algunos de los problemas que se generan con la baja de la proteína, como pérdidas adicionales por descuentos comerciales o riesgos de rechazos, pérdidas de rendimientos industriales por mayor secado y descascarado, lo que genera mayor consumo de energía, disminución de hasta un 20% en la molienda para lograr mayor secado, entre otros inconvenientes importantes.
Otro de los temas sobre los cuales se hizo foco tienen que ver con la sustentabilidad. ¿Qué va a pasar en esta materia?
Para Nicolás Mayer Wolf, de la plataforma Agree Market, es difícil pensar en una trazabilidad completa desde el productor hasta la última parte de la cadena, como el cerdo que se alimenta en China luego de la transformación del producto. Desde que sale del campo, la soja se puede mezclar con otras en acopio, por ejemplo, y se hace más difícil el seguimiento.
Pero sí es posible que continúen aumentando las demandas por una trazabilidad parcial. De hecho, ya hay traders que avisaron que no comprarán soja de zonas deforestadas y bancos que dicen que no financiarán a empresas que no sepan el origen de su mercadería. "La trazabilidad está siendo importante, pero en algunos eslabones", apuntó.
María Marta Rebizo, de Ciara-CEC, subrayó todo esto con un concepto clave. "Hay que atender los aspectos vinculados con la sustentabilidad, llegaron para quedarse", dijo.
Entre otros países, China por ahora no pide certificaciones, pero está trabajando en la huella de carbono.
Diferencial y China
ROSARIO.- La eliminación del diferencial del 3% que había entre el grano de soja y sus subproductos y la guerra comercial entre China y los Estados Unidos influyeron sobre una primarización de las exportaciones argentinas del complejo, según remarcan en el sector. Este fue otro de los temas que se tocó en el marco de Mercosoja, el evento organizado por la Asociación de la Cadena de la Soja (Acsoja) y la Federación de Acopiadores de Granos. Contra una exportación de poroto que suele ubicarse entre 7 y 7,5 millones de toneladas (3,7 millones de toneladas el año pasado por efecto de la dura sequía que golpeó a la producción), este año ese volumen podría terminar siendo 12 millones de toneladas.
En este contexto, en una charla, Ramiro Costa, subdirector ejecutivo de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, analizó que en un escenario donde se retornara a los anteriores derechos (es decir, volviendo al diferencial) y además hubiera acuerdo entre los Estados Unidos y China, en ese caso la Argentina podría aumentar su crushing.
¿En cuánto? La cifra que mencionó es de 5,24 millones de toneladas. Vale recordar que en la Argentina la molienda está cayendo por cuarto año consecutivo. Del nivel de 45 millones de toneladas en 2014/15 se retrocedió a 41 millones de toneladas, al margen del año de la última sequía.
Campo – La Nación – Fernando Bertello
Las lagunas están algo vacías y los charcos vacíos del todo, pero no es el único indicador de la escasez de humedad en la zona del sur de Córdoba. Comenzó septiembre y numerosos lotes de trigo están mostrando síntomas de déficit hídrico. En la zona, en el sudeste cordobés, una importante cantidad de ambientes con capacidades de uso inferiores se asignaron a la siembra de fina, principalmente debido a las buenas precipitaciones otoñales y a los buenos márgenes que venía experimentando la rotación trigo/soja de segunda. Pero este invierno, como lo demuestran los promedios históricos, en la zona llovió poco y nada en algunas localidades, con lo cual el comportamiento de los lotes de trigo en ambientes inferiores o fertilizados tarde empieza a experimentar estrés por escasez de humedad.
Trigo: máxima atención frente a los riesgos del déficit hídrico
Por Juan Pablo Ioele
Las lagunas están algo vacías y los charcos vacíos del todo, pero no es el único indicador de la escasez de humedad en la zona del sur de Córdoba. Comenzó septiembre y numerosos lotes de trigo están mostrando síntomas de déficit hídrico.
En la zona, en el sudeste cordobés, una importante cantidad de ambientes con capacidades de uso inferiores se asignaron a la siembra de fina, principalmente debido a las buenas precipitaciones otoñales y a los buenos márgenes que venía experimentando la rotación trigo/soja de segunda. Pero este invierno, como lo demuestran los promedios históricos, en la zona llovió poco y nada en algunas localidades, con lo cual el comportamiento de los lotes de trigo en ambientes inferiores o fertilizados tarde empieza a experimentar estrés por escasez de humedad.
Si bien casi la totalidad de los trigos trascurre la etapa de macollaje, en la cual los déficits no se hacen muy visibles, de no registrarse lluvias en el corto plazo el potencial de algunos trigos, especialmente los que desde ya están mostrando algún síntoma de estrés, van a reducir su potencial. En algunos lotes la decisión de fertilizar en macollaje con nitrógeno no colaboró con su estado, ya que las precipitaciones no fueron suficientes y hoy su déficit es hídrico y nutricional, observándose no solo en su clorosis basal, sino también en menos macollos por planta, especialmente en lotes de calidad inferior.
Esta situación climática planteada en diferentes escenarios zonales hace que convivan varias realidades entre los lotes con napa cercana, con buena capacidad de almacenar agua y rotados frente a lotes erosionados, sin napa ni capacidad de almacenar.
Otro potencial riesgo lo representan las enfermedades, siendo otra vez la roya anaranjada (Puccinia triticina) en el sur de la provincia y la amarilla (Puccinia striformis) más al centro norte, las protagonistas fúngicas de la campaña. Si bien la incidencia es moderada en roya anaranjada, esta campaña tiene la particularidad de su aparición temprana y de su continuidad en los lotes desde fines de junio hasta ahora. Saliendo de agosto en adelante el incremento de las temperaturas predispondrán condiciones para que la enfermedad prospere, aumentando aún más con la aparición de precipitaciones.
Este cuadro de situación es el que llevó a numerosos técnicos y productores a efectuar controles aún en macollaje sobre variedades susceptibles, priorizando el mejor accionar preventivo del fungicida sobre el curativo frente a una posible “explosión” de la enfermedad y, a su vez, obtener un mejor mojado en las hojas basales, que es donde predominan hoy las pústulas.
El futuro de la cosecha fina 2019/2020 en la región tiene todavía medio libro por contar, dependerá de cómo acompañen las lluvias, las amplitudes térmicas y las enfermedades para saber su final, que sigue abierto.
En cuanto a los preparativos para la siembra de maíz y de soja, hay algunas novedades respecto de unos meses atrás, sobre todo en maíz. Con la buena recarga otoñal y la expectativa de las últimas campañas, la zona presupuestaba su máxima área de maíz para el próximo ciclo. Hoy frente a un escenario de perfiles edáficos deficitarios y temor a embarcarse en una alta inversión en dólares, esos lotes que estaban asignados a maíz y donde todavía no estaba definida la compra de sus insumos corren riesgo.
En campos que van a soja de primera, en algunos casos se empezó a ver esta semana apariciones de malezas resistentes en lotes barbechados, sobre los cuales hay que ir pensando la estrategia de control presiembra para que estos no sean un problema que nos acompañe toda la campaña. La decisión de un barbecho corto antes de los herbicidas presiembras o preemergentes muchas veces terminan siendo más baratos que innumerables controles en postemergencia.
El autor es jefe del INTA Corral de Bustos, Córdoba
Campo – La Nación
En los últimos años mejoró la fertilización y la reposición de nutrientes en el maíz, pero en torno del cultivo todavía hay espacio para que esta práctica siga creciendo. Esa es una de las conclusiones que, a nivel técnico, dejó una jornada de actualización en maíz organizada por Fertilizar Asociación Civil. Considerando solo la reposición de nutrientes por cultivos, en 2015 en maíz el porcentaje de reposición estaba en el 30%. En medio de las intervenciones del gobierno anterior en el mercado, fue en baja hasta ese nivel desde un 77% que tenía en 2011. “Hemos degradado el suelo y por momentos no nos dimos cuenta que lo degradamos”, apuntó Jorge Bassi, presidente de la entidad organizadora del encuentro.
Maíz. Todavía queda mucho por hacer en la nutrición del cultivo
Durante la jornada de Fertilizar Asociación Civil se pudo apreciar cómo mejora el rinde en la medida que se avanza en un aporte balanceado de nutrientes
En los últimos años mejoró la fertilización y la reposición de nutrientes en el maíz, pero en torno del cultivo todavía hay espacio para que esta práctica siga creciendo.
Esa es una de las conclusiones que, a nivel técnico, dejó una jornada de actualización en maíz organizada por Fertilizar Asociación Civil.
Considerando solo la reposición de nutrientes por cultivos, en 2015 en maíz el porcentaje de reposición estaba en el 30%. En medio de las intervenciones del gobierno anterior en el mercado, fue en baja hasta ese nivel desde un 77% que tenía en 2011.
“Hemos degradado el suelo y por momentos no nos dimos cuenta que lo degradamos”, apuntó Jorge Bassi, presidente de la entidad organizadora del encuentro.
Tras la quita de las trabas para exportar que aplicó el actual gobierno, y que representaron un incentivo para la expansión de la siembra, que creció en más de dos millones de hectáreas, del 30% de 2015 se pasó al 46% en 2016 y al 55% en 2017. Aún falta cerrar el dato de 2018.
Sumando todas las hectáreas que ocupa el cereal, en general la fertilización supera el 80%, pero las dosis de fertilización son deficientes en cantidad de nutrientes y en la variedad de nutrientes.
En maíz temprano, entre 2015 y el año pasado se pasó del 80 al 100% del área fertilizada. En el caso del maíz tardío se subió de menos del 70 a casi el 100% en igual período, mientras que en maíz para silo, el comportamiento fue más errático y apenas está por encima del 80 por ciento.
Cuando se ve lo ocurrido con las dosis, en maíz temprano se incrementó de 200 a casi 350 kilos de fertilizante por hectárea. En maíz tardío el salto fue de 100 a casi 250 kilos de fertilizantes. Mientras tanto, en el maíz para silo aumentó de 50 a 100 kilos por hectárea y no ha mostrado un mayor crecimiento que eso.
Una conclusión de esto es que tanto en maíz temprano como tardío es que hubo un fuerte salto en el primer año, entre 2015 y 2016, es decir en el primer año del fin de las trabas al cultivo, y luego se estabilizó el crecimiento. “Las dosis mejoraron mucho en el primer año y luego se corrigieron”, señaló el presidente de Fertilizar Asociación Civil.
Si bien parece importante la expansión de la fertilización, algunos otros datos muestran que queda mucho por hacer. En esta línea, de acuerdo al análisis de plantas en producción, sigue bajo el nivel de nutrientes. Al respecto, en un estudio sobre este punto se encontró en maíz un 44% de nitrógeno, un 61% de fósforo, un 56% azufre, un 28% de potasio y un 39% de zinc.
En la reunión de Fertilizar se hizo hincapié en la necesidad de incorporar el azufre y el zinc a los planteos. Se destacó que en la región pampeana un 66% de los suelos hoy presenta respuestas al zinc. “Es una limitante importante para el maíz”, indicó Bassi, que pidió analizar el nutriente en los campos.
En tanto, en un trabajo presentado en la jornada se pudo apreciar cómo mejora el rinde en la medida que se avanza en una nutrición balanceada para una alta producción. En rigor, de un 70% del rinde en un testigo sin fertilizar es posible pasar a capturar el 80% con la fertilización media actual del productor (38 a 60 kilos de nitrógeno por hectárea y 7 a 14 kilos de fósforo) y luego se puede lograr casi el 90% con una fertilización recomendada (65 a 70 kilos de nitrógeno, 12 a 18 kilos de fósforo y 8 a 18 kilos de azufre).
En la jornada se dijo que es factible conseguir el 100% del rinde con una fertilización balanceada de alta producción, esto es, 150 a 170 kilos de nitrógeno, 27 a 34 kilos de fósforo, 15 a 25 kilos de azufre y 1,5 kilos de zinc. En otro ensayo, en Bolívar, se vio cómo se puede subir de 5400 kilos de un testigo sin fertilizar a más de 10.000 kilos por hectárea con una inversión de 180 dólares por hectárea. Para Bassi, pese a que bajaron los precios del maíz, con los actuales valores para la cosecha “el repago del fertilizante sigue siendo muy bueno”. Si bien hubo una leve desmejora en la relación insumo-producto, esa relación es mejor a la vigente en el período 2013/2017.
En el fertilizante fosfato monoamónico, el año pasado hacían falta 4,58 kilos de maíz para comprar uno del fertilizante. Ahora se requieren 4,66 kilos. No obstante, el promedio 2013/2017 da 5,16 kilos.
Para la urea, el año pasado se requerían 3,57 kilos del cereal por uno de este fertilizante. Ahora hacen falta 3,82 kilos. No obstante, en el período 2013/2017 hicieron falta 3,87 kilos.
Campo – La Nación – Fernando Bertello
Rodolfo Rossi y Luis Zubizarreta. Dos protagonistas del desarrollo de la cadena sojera de los últimos años, que se ha extendido desde la semilla hasta su industrialización para transformar esos granos en productos con más valor. Y los números demuestran la potencia de esta cadena. En 2018, las exportaciones del complejo sojero superaron los U$S 14.000 millones con la harina de soja como estandarte, según datos del INDEC. Pero más allá de que los números son elocuentes, todavía queda mucho por explorar. Así lo hicieron saber los referentes durante Mercosoja 2019 que se desarrolló en Rosario, meca del cultivo.
Desde la semilla a la industria, juntos para potenciar a la soja
Rodolfo Rossi y Luis Zubizarreta son dos referentes de la cadena de la oleaginosa de los últimos años. Analizaron las dificultades y las oportunidades del cultivo0.
Rodolfo Rossi y Luis Zubizarreta. Dos protagonistas del desarrollo de la cadena sojera de los últimos años, que se ha extendido desde la semilla hasta su industrialización para transformar esos granos en productos con más valor. Y los números demuestran la potencia de esta cadena. En 2018, las exportaciones del complejo sojero superaron los U$S 14.000 millones con la harina de soja como estandarte, según datos del INDEC.
Pero más allá de que los números son elocuentes, todavía queda mucho por explorar. Así lo hicieron saber los referentes durante Mercosoja 2019 que se desarrolló en Rosario, meca del cultivo.
Rossi es ingeniero agrónomo, estuvo 40 años trabajando como fitomejorador. Es miembro fundador y ex presidente de la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina y ahora fue el encargado de este congreso.
Zubizarreta trabaja desde hace más de 35 años en empresas dedicadas a la exportación e industrialización de granos y oleaginosas. Desde hace 22 años se desempeña en la empresa Louis Dreyfus Comercial; actualmente como Director regional de relaciones institucionales y responsable de la logística fluvial. Además es presidente de Cámara Argentina de Biodiesel (CARBIO), de la Cámara de Puertos Privados Comerciales, de Acsoja y director de la Comisión Permanente de Transporte de la Cuenca del Plata.
-Cuando planeó el Congreso Mercosoja en Argentina no creo que haya imaginado este contexto político-económico...
LZ: Estamos planteando que hay que salir de la coyuntura, del corto plazo y de la mala onda, y poner un poco los faros largos. La Argentina tiene una enorme oportunidad, tiene que seguir para adelante. Y nuestra cadena es uno de los actores más relevantes para ese despegue. Y lo venimos siendo en los últimos 30 años. La Argentina duplicó su producción agroindustrial cada 10 años en los últimos 30. Creció a más del 4% anual acumulativo. Lo hicimos con viento a favor y en contra. Estoy convencido de que lo que viene es mejor. Y sea quien sea el próximo Gobierno, vamos a tener necesidades comunes en desarrollarnos.
-¿Cómo fue evolucionando la producción de la soja en el Mercosur?
RR: Cuando empezó la idea y se materializó el primer Congreso del Mercosur de soja, el bloque sembraba 22 millones de hectáreas y producía 55 millones de toneladas, con rindes menores a 2.500 kilos. Y después de 20 años estamos en 60 millones de hectáreas y con rendimientos de 3.000 kilos por hectáreas. Hemos aumentado a una tasa del 1,5 por ciento para llegar a 184 millones de toneladas. Hubo un cambio enorme. Pero también hay un ingrediente, que se llama China. Cambió totalmente sus políticas en muchos aspectos y consume más soja, que prácticamente en ese momento no llegaba a las 10 millones de toneladas y hace un año llegó a las 90 millones de toneladas.
-¿Cuáles son las necesidades que tiene la cadena de la soja?
LZ: En el tema impositivo hay cierta discriminación a un sector que tiene mucho potencial. Entendemos que hay una necesidad fiscal y la apoyamos pero creemos que a largo plazo es difícil recargar tanto el peso en una cadena eficiente. Se corre el riesgo de que se muera. El otro tema es e agregado de valor Esta cadena tiene que cerrar una brecha que existe desde hace mucho tiempo. Y que está más en los títulos que en la realidad. Las cadenas agroindustriales son cada vez más campo y ciudad. Hay que convertirse en un proveedor de alimentos y de bioenergía. Además, hay que invertir en logística para acercar al interior profundo que es lo que tiene más necesidad de desarrollo. Y hay que observar las Buenas Prácticas Agrícolas. El mundo cada vez más está mirando la producción sustentable. La Argentina tiene una oportunidad enorme si hace bien las cosas.
-¿Por qué la soja se ha demonizado?
RR: En los 80 eran los agroquímicos, en los 90 los transgénicos y después vino la soja. Se la estigmatizó por grupos que buscaban ir en contra de ciertas empresas multinacionales. La soja ha sido como un ícono de todas estas protestas. Evidentemente, no les funcionó frenar los transgénicos porque la perdieron por lejos la guerra. Si bien el mundo etiqueta y diferencia productos, nunca un barco de soja se le rechazó a nivel mundial. El maíz crece también. Porque estos reclamos no están basados en ciencia y tecnología. Y dio beneficios a la población porque esta producción creciente tiene mucho que ver con los transgénicos. Es una lucha que hay que dar. Hay un mea culpa del sector de no informar y explicar lo que hacemos.
-¿Cómo ha impactado la eliminación del diferencial de las retenciones entre el poroto con los subproductos?
LZ: Nos preocupa que la exportación de poroto pague menos impuesto que la exportación de productos agroindustriales. Creemos que hay que rever y nivelar la cancha para que Argentina siga siendo un lugar atractivo para que vengan inversiones para agregar valor y generar trabajo. Hay que buscar un esquema que nos permita incentivar la industrialización.
-¿Cómo evolucionaron las tecnologías para el mejoramiento genético?
RR: Lo que ha avanzado es el conocimiento de la genómica. El mejoramiento genético pasó a ser un mejoramiento molecular. Con ese título, incorporamos a parte del arte y la ciencia, una cantidad de tecnologías que cada día son más baratas.Estamos en una etapa superadora de los transgénicos. Hoy, podemos trabajar a nivel del ADN con tecnologías que son económicas, eficientes, y seguras.La inteligencia artificial, los software de alta tecnología, la bioinformática, es parte de todo esto.
-¿Por qué todavía no se actualizó la Ley de Semillas?
RR: Desde el 2012 en adelante, con el anterior y actual Gobierno, se puso en valor que la Ley de Semillas era necesario. En autógamas, las inversiones están sustentadas en Argentina por el éxito de las empresas que han tenido en otros países. Por eso, el productor argentino está capitalizando lo que las empresas obtienen de beneficios en el exterior. Sino, tendríamos un decrecimiento importante en las inversiones. Incluso, quedaron muy pocos programas de investigación. Teníamos muchas esperanzas que este Gobierno iba a impulsarla más. Por primera vez, se discutió, hubo dictamen pero ahora está dormido. No creo que sea el momento ni la forma de sacarla por Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) pero creo que es imperioso que la Argentina tenga un régimen legal. No solamente es la ley de la soja sino que es la ley de un montón de especies que debemos proteger. Esto nos hará ingresar en el mundo donde la demanda de alimentos se hace con mas trazabilidad y eso empieza en la semilla. Hay pocas variedades de algodón y de maní. Son dos ejemplos de cultivos de las economías regionales que tienen alto valor y generan trabajo y arraigo que de haber tenido una protección intelectual, podrían haber desarrollado muchos mejores productos y diversificados.
Rural – Clarín – Esteban Fuentes
Ganarle la pulseada a las temperaturas del NEA para conservar la calidad de la semilla siempre fue un gran desafío para la agricultura de la región. Pero Norclas, la planta del Grupo Don Mario en Charata (Chaco) se constituyó en una experiencia exitosa y sustentable gracias a su trabajo de investigación, y el apoyo en la innovación de la tecnología constructiva. “Todos los años teníamos un porcentaje alto de corte de bolsa de semillas, cuando la cosechamos, la clasificábamos y embolsábamos en depósitos comunes. Todo iba bien en la calidad hasta agosto, septiembre pero después se empezaba a ver que durante el período octubre, noviembre y diciembre la curva de poder germinativo caía notoriamente”, explicó Sebastián Ríos, gerente de la planta.
Una idea innovadora para el NEA: refrigerar las semillas de soja
Almacenando las variedades en naves refrigeradas, la empresa Norclas logro conservar mejor su poder germinativo en ambientes en los que el estrés térmico es muy alto.
Ganarle la pulseada a las temperaturas del NEA para conservar la calidad de la semilla siempre fue un gran desafío para la agricultura de la región. Pero Norclas, la planta del Grupo Don Mario en Charata (Chaco) se constituyó en una experiencia exitosa y sustentable gracias a su trabajo de investigación, y el apoyo en la innovación de la tecnología constructiva.
“Todos los años teníamos un porcentaje alto de corte de bolsa de semillas, cuando la cosechamos, la clasificábamos y embolsábamos en depósitos comunes. Todo iba bien en la calidad hasta agosto, septiembre pero después se empezaba a ver que durante el período octubre, noviembre y diciembre la curva de poder germinativo caía notoriamente”, explicó Sebastián Ríos, gerente de la planta.
“Lo que hicimos fue innovar en lo que son las naves refrigeradas en el 2016, previo al hacer ensayos con el frío entre 2014 y 2015. Básicamente lo que se busca es tener la semilla a una temperatura controlada entre 15 y17 grados, y una humedad relativa entre 50% y 55%. De esta forma el metabolismo de la semilla queda inactivo durante todo el tiempo que esté almacenada en las cámaras, y de esa manera se logra alargar la vida de la semilla, manteniendo su poder germinativo por un tiempo mucho más prolongado”, agregó Ríos.
El gerente de Norclas mencionó que “a nivel soja fuimos los pioneros acá en la zona. Hoy contamos con naves de depósito de 6000 metros cuadrados y estamos almacenando aproximadamente unas 300.000 bolsas por campaña”.
Ríos afirmó que la tecnología constructiva de paneles aislantes fue fundamental para plasmar la idea. Para ello, recurrieron a Xipre, una compañía argentina de paneles de construcción especializada en proyectos sustentables. “La estructura de los depósitos de almacenaje y todo sus revestimientos tanto laterales como la cubierta son una solución de Xipre compuesta de productos de Arneg; son de 100 mm de espesor y en los techos de 80 mm. De esta manera con un panel más ancho de mayor capacidad de aislación, se consigue mantener más tiempo la cámara con una buena temperatura. Y la realidad es que los resultados fueron excelentes, de hecho nosotros hemos hecho algunos ensayos con cámara vacía y sin equipos de frío donde en enero y febrero con días de 43°, la temperatura nunca superaba los 26°. Eso quiere decir que la capacidad de aislamiento de los paneles es muy buena”.
Ríos describe que muchas son las compañías que actualmente se están inclinando por este modelo de construcción, que para Norclas significó una garantía de calidad en la semilla que comercializa.
Rural - Clarín
Antes de comenzar a sembrar la soja, es importante considerar algunos aspectos claves en la sembradora para garantizar una buena implantación y comenzar con solidez el ciclo del cultivo. Los surcadores sin desgastes, con el doble disco que forme un surco neto de forma de “V”, ayudan a lograr la uniformidad de profundidad de distribución de la semilla en el surco. Esta uniformidad es importante para lograr la emergencia simultánea de la mayor cantidad de plantas. Cuando los discos del surcador gastados pierden diámetro, se distancian, forman un surco con perfil tendiente a una “W”, en lugar del perfil en “V”. Este desgaste lleva a que la semilla no quede a una profundidad constante, lo cual afecta a los tiempos de germinación y emergencia, generando plantas dominadas tendientes a la pérdida de rinde a cosecha.
Claves para poner a punto la sembradora y arrancar con la siembra de la soja
En la previa de la siembra de la oleaginosa, es importante recorder que afinar bien el equipo es fundamental para lograr una buena implantación del cultivo.
Antes de comenzar a sembrar la soja, es importante considerar algunos aspectos claves en la sembradora para garantizar una buena implantación y comenzar con solidez el ciclo del cultivo.
Los surcadores sin desgastes, con el doble disco que forme un surco neto de forma de “V”, ayudan a lograr la uniformidad de profundidad de distribución de la semilla en el surco. Esta uniformidad es importante para lograr la emergencia simultánea de la mayor cantidad de plantas.
Cuando los discos del surcador gastados pierden diámetro, se distancian, forman un surco con perfil tendiente a una “W”, en lugar del perfil en “V”. Este desgaste lleva a que la semilla no quede a una profundidad constante, lo cual afecta a los tiempos de germinación y emergencia, generando plantas dominadas tendientes a la pérdida de rinde a cosecha.
En lo referente a las cuchillas, si han perdido diámetro por desgaste, no se podrá con ellas alcanzar la profundidad necesaria, afectando la preparación del terreno para el doble disco y para las ruedas tapadoras. Entonces la siembra desmejorará sus condiciones y también se generarán retrasos en la emergencia.
Siguiendo con la cuchilla, es recomendable en suelos francos que su profundidad de corte resulte un poco mayor que la de doble disco. Con ello se mejora el enraizamiento de las plantas, las que con un buen sistema radicular tendrán un mejor y más firme creciente desde sus estados iniciales. En suelos sueltos, la profundidad de corte de la cuchilla será menor o igual a la del surcador, a fin de lograr que la semilla alcance profundidad mayor a la definida por el doble disco, y no por la profundidad definida por la cuchilla.
En el plano horizontal, es necesario que cada cuchilla este alineada con el surcador doble disco correspondiente. De no ser así, la cuchilla no cumplirá con la preparación del suelo para el doble disco, y además la sembradora tenderá a cruzarse respecto de su línea de avance. Entonces, la distancia entre las hileras no será la buscada. En tal caso, el defecto en la posición de la cuchilla se hará notable al detectar que los brazos de los marcadores derecho e izquierdo, requerirán longitudes diferentes.
Cerrando el surco, se puede recordar que la calidad del trabajo de las ruedas tapadoras, es influenciada por la remoción lograda por la cuchilla. En este sentido en numerosas condiciones de suelo y de rastrojo, la cuchilla con ondas tangenciales, lineales y excéntricas realiza un excelente resultado. Es la cuchilla que mejora el tapado del surco.
En lo referente a la regulación de la densidad de siembra, es bueno recordar que siempre es necesario controlar en un pequeño ensayo a la siembra, que la población de semilla lograda a campo sea la esperada. Conociendo a la máquina, y sabiendo que todas sus líneas tienen similar comportamiento, la medición de la densidad de siembra se facilita al necesitar medir la dosificación en una sola línea.
Luego el valor se expresa en semillas por hectárea. Es necesario recordar que las tablas de densidad de siembra de cada máquina, son solo orientativas. Además, es mejor recordar que la tabla de la máquina en uso, no siempre fue calculada para la misma distancia entre hileras a la que se precisa sembrar.
Por otro lado y siguiendo con la densidad de siembra, es bueno recordar que en las máquinas con rueda motriz, conviene anular o al menos minimizar el patinamiento de esta rueda. Para ello es necesario controlar que su presión de inflado sea la recomendada en el manual de uso de la máquina.
Asimismo, y con el mismo objetivo de minimizar el patinamiento, es necesario que la banda de rodamiento de la rueda presente sus tacos o su dibujo antideslizante, en buen estado de conservación. Finalmente otro punto de utilidad, es que el resorte que afirma la rueda contra el suelo, presente la longitud señalada en el manual de uso de la máquina.
En el caso de trabajar con sembradoras air drill, es necesario controlar el régimen de la turbina, y la limpieza de los conductos de circulación del aire. Tales conductos, desde la salida de la turbina hasta la llegada al surco, no pueden presentar obturaciones –en general debidas a polvo y suciedad acumulada— ya que ellas garantizan problemas en la distribución de la semilla. Es frecuente que problemas en la distribución de las air drill se deba a falta de mantenimiento y no al diseño de la máquina.
En toda sembradora, al aplicar la carga adecuada en sus cuerpos de acuerdo a la dureza del suelo, se puede lograr la profundidad de siembra necesaria, por un lado y por otro, se evita la compactación del suelo. Diferentes mecanismos presentan las sembradoras del mercado para esta regulación. Desde resortes mecánicos, pasando por sistemas hidráulicos, pulmones neumáticos y amortiguadores hidroneumáticos, todos buscan adecuar la carga a la dureza del suelo. Del operador depende lograr el efecto buscado en cada caso.
En lo que hace a la dosificación de semilla, es bueno recordar que, si se ponen más de 15 o 17 semillas por metro de surco y se avanza a más de 7 km/h, la cantidad de semillas que la placa maneja por segundo, hace que la distribución resulte igual o no tan buena como la distribución lograda con una roldana.
La velocidad de siembra, también influye en el desempeño del tubo de bajada, y en la trayectoria de la semilla en su caída, en su rebote en el fondo del surco, y por ende en la distribución de la siembra en el fondo del surco. Esta velocidad, cuando es excesiva, ocasiona disturbios en la distribución más allá del tipo de dosificador. Solo con los tubos provistos de cangilones o cepillos guía en su interior, se pueden evitar los disturbios en la distribución debidos al exceso de velocidad.
En referencia a los controladores electrónicos de siembra, es conveniente verificar cada tanto con una medición a campo, los valores entregados por el controlador. Es necesario comparar la cantidad de semillas por metro de surco que distribuye la máquina realmente versus los valores que se muestran en la pantalla en la cabina del tractor.
Lo mismo ocurre en sembradoras comandadas por transmisiones electro hidráulicas o eléctricas. Es conveniente verificar que los valores entregados por la computadora, se correspondan con los valores de calibración obtenidos en una verificación a campo. Es bueno recordar en este punto que la ocurrencia de eventos que no se notan a simple vista, pueden modificar el desempeño del equipo. Suciedad acumulada en los dosificadores, cambios en las funciones del sistema hidráulico y en la electrónica, pueden cambiar la distribución de la semilla. Y ello puede o no ser acusado por los sensores. Un error en máquinas de gran ancho, influye en una gran superficie en poco tiempo. Ello es más así, cuanto mayor es el ancho del equipo.
Una vez más es necesario tener en cuenta que la diferencia la hace el que va en la cabina más que el color de la máquina.
El desarrollo tecnológico alcanzado es tal, que resulta mucho menor el costo de un buen trabajo desarrollado por el operador bien preparado, que el costo de lograr avances útiles en los equipos.
Rural – Clarín – Juan B. Raggio
La tecnología de precisión generó una nueva revolución en el campo. La información detallada sobre cada lote es parte de la agricultura del futuro que busca, en las soluciones a medida, sumar rindes, maximizar rentabilidad y reducir costos. Y ese aporte hoy está disponible en la Argentina a través de los mapas de productividad y rendimiento, un servicio rápido y de bajo costo que el productor puede usar para minimizar riesgos. Con estas herramientas "se acabaron el «masomenómetro», y las interpretaciones subjetivas, ahora es posible analizar y tomar decisiones sobre datos concretos y totalmente objetivos, generados en la propia explotación y de manera extensiva, no a nivel ensayo", planteó Ezequiel Krieger, ingeniero agrónomo, quien se desempeña como asesor en agricultura y ganadería por ambientes. El especialista disertó en Rosario sobre el conocimiento de los ecosistemas productivos como llave para el desarrollo sustentable.
Precisión para sacar provecho de cada lote
La información detallada es parte de la producción del futuro. El papel de los mapas de productividad y rendimiento en la gestión del negocio.
La tecnología de precisión generó una nueva revolución en el campo. La información detallada sobre cada lote es parte de la agricultura del futuro que busca, en las soluciones a medida, sumar rindes, maximizar rentabilidad y reducir costos. Y ese aporte hoy está disponible en la Argentina a través de los mapas de productividad y rendimiento, un servicio rápido y de bajo costo que el productor puede usar para minimizar riesgos.
Con estas herramientas "se acabaron el «masomenómetro», y las interpretaciones subjetivas, ahora es posible analizar y tomar decisiones sobre datos concretos y totalmente objetivos, generados en la propia explotación y de manera extensiva, no a nivel ensayo", planteó Ezequiel Krieger, ingeniero agrónomo, quien se desempeña como asesor en agricultura y ganadería por ambientes. El especialista disertó en Rosario sobre el conocimiento de los ecosistemas productivos como llave para el desarrollo sustentable.
Krieger explicó que, básicamente , hay dos maneras de iniciar el proceso de ambientación de los campos. Por un lado, a través de análisis químicos y físicos en grilla, y por otro, a través de mapas de productividad (MP). En el primer caso, si bien se genera muy buen nivel de información, "tiene un costo muy alto de alrededor de 35 dólares por hectárea o más, dependiendo del contratista del servicio", dijo. "Esto restringe las posibilidades de aplicación a lotes de prueba, o a un proceso de incorporación de lotes a largo plazo, por los altísimos costos que implica", agregó.
En el caso de los mapas de produtividad, se abre la posibilidad de implementarla en campos alquilados, "por su bajo costo y la rapidez en su obtención", detalló Krieger. Precisó que se trata de una metodología que utiliza el promedio de varios años de imágenes de índices verdes (NDVI) durante el período crítico del cultivo de maíz.
El especialista aclaró que se utiliza el maíz como sensor biológico de la aptitud productiva de los lotes aunque se pueden utilizar otros cultivos. Pero la preferencia por el cereal es debido a que su tasa de crecimiento está directamente relacionada a la calidad de su ambiente.
Krieger destacó en este punto el trabajo de la empresa rosarina Geoagro by Tek, "que es la principal impulsora de este método, líder del sector, que está realizando proyectos de innovación tecnológica en más de dos millones de hectáreas en todo el país".
El mapa representa con distintos colores la productividad que tuvieron históricamente las diferentes zonas de un lote. Esa historia se obtiene mediante el análisis de imágenes satelitales de años anteriores, que son seleccionadas especialmente, de acuerdo a fechas clave, según detalla la propia empresa.
El proceso. En un escenario de alta variabilidad climática y cambiaria, propios de la Argentina, minimizar los errores son la diferencia entre una agricultura rentable y una que no lo es.
Con esa intención, Krieger dio detalles de la agricultura por ambientes en el marco de uno de los talleres del congreso de Aapresid y mostró un ejemplo de uno de los mapas de productividad realizado en 6 mil hectáreas del NEA, de las cuales 4 mil son de Sachayoj (Santiago del Estero) y 2 mil en Las Piedritas (Chaco).
"Se dividieron los ambientes en siete clases, que van desde muy alta productividad hasta muy baja productividad, este último corresponde con una vía de escurrimiento natural, donde con el paso de los años se fue modificando la estructura de los primeros centímetros de suelo, y lixiviando nutrientes", explicó el especialista.
Para eso mostró en un mapa con distintos colores las zonas, en las cuales los azules marcaban la productividad más alta, en distintas gamas de verdes desde la media alta hasta la baja, para finalizar con el amarillo, que expresa la productividad nula.
Una vez obtenida esa información, el paso siguiente, "no menos menos importante", es el proceso de validación de ambientes, agregó Krieger. Eso implica comenzar a realizar análisis químicos y físicos dirigidos, en los sectores de baja y alta productividad.
"El objetivo de esto es interpretar, conocer y comprender el comportamiento de cada ambiente, cuáles son los factores que limitan el desarrollo de los cultivos, para luego implementar un manejo sitio específico para poder levantar los pisos de rendimientos, como también incrementar los techos", especificó.
Además, otro paso clave en el proceso de validación de los mapas de productividad "es cotejar los mismos con el mapa de rendimiento", agregó el especialista. Este servicio también lo ofrece Geoagro by Tek y permite una información mucho más detallada, al permitir el cruce de los datos de rendimiento de cada sector del lote con su ambiente. "De esta manera, comenzamos a registrar y cuantificar la respuesta de cada ambiente para cada año y manejo realizado", dijo Krieger.
Sumar rindes. Y para eso, volvió sobre un ejemplo concreto. En la zona del NEA sobre la cual trabajaron, se realizó un análisis de agua útil a dos metros, previo a la siembra de maíz. En ese caso, se extrajeron dos muestras, una correspondiente a un ambiente de alta productividad y otra a un ambiente de baja productividad. "El resultado fue que, en este caso hubo diferencia de 51 milímetros de agua", destacó Krieger.
Ese dato no sólo aporta información específica del lote, que no hubiese sido representativa si no estuvieran ambientados. Lo más importante es que ubica puntualmente la capacidad de rendimiento en cada zona del mismo. "En años secos, la eficiencia de uso de agua del maíz puede ser de hasta 55 kilos de grano por milímetro de agua. Esto significa que, desde el inicio, tenemos una probable diferencia en cuanto al potencial de rendimiento de más de 2.800 kilos entre ambos ambientes", detalló.
Además, "el valor de agua útil es unos de los parámetros que más influencia tienen en la determinación del rendimiento final de los cultivos en agricultura en secano", agregó.
Por otra parte, Krieger también mostró como el proceso de validación de ambientes permitió contrastar los niveles de materia orgánica entre uno de alta y otro de baja productividad. "Los valores van desde 3,5 por ciento en el primero a 2,1 por ciento en los segundos", dijo. Y si bien aseguró que esto se debe a diferentes manejos históricos de esos suelos, en rigor la información sobre el estado permite tomar decisiones sobre cómo actuar en ellos.
Otra de las ventajas que ofrece el mapa de productividad es que permite conocer "las diferencias de impedancia (resistencia) que puede llegar a tener una misma unidad productiva".
Para eso, realizaron en el campo un análisis de la resistencia mecánica a la penetración de raíces y se encontró que el sector de baja productividad se comportaba como tal debido a valores mayores a 2,5 MPa (megapascales) desde los primeros cm del suelo. "Estos valores son sumamente restrictivos para el desarrollo de las raíces, e impiden una normal exploración radicular, con la consecuente limitación del cultivo en dicho sector para extraer agua y nutrientes, como también la dificultad de generan un buen anclaje", explicó el especialista.
Finalmente, esa suerte de foto detallada sobre el lote también es una sustancial contribución al bolsillo del productor, ya que mediante el mapa de productividad es posible generar prescripciones de tasa variable de insumos (semillas y agroquímicos) agrupando diferentes ambientes.
En el caso del ejemplo, "se muestra un caso de prescripción de tasa variable de semillas, donde se deja una franja con dosis de siembra testigo (la que se hubiera usado en caso de sembrar el lote a dosis fija), y además, se colocaron dentro de la prescripción microensayos de dosis de siembra, para poder corroborar cuál es la densidad óptima", detalló.
Todo este proceso, "genera gran cantidad de información, ya que es posible cruzar los datos de las prescripciones de tasa variable de insumos con el mapa de rendimiento obtenido de la cosechadora, y de esta manera saber fehacientemente el impacto productivo de cada práctica de manejo implementado", explicó.
"Toda esta información generada en el propio establecimiento es de un valor enorme, es muy importante saber gestionarla para poder retroalimentar el proceso productivo y ayudar en la toma de decisiones a futuro", concluyó Krieger.
Agroclave – La Capital (Rosario) – Sandra Cicaré
Si comparamos la foto de 2009 con la del presente, el consumo total de carnes es exactamente el mismo, 110 kg por habitante por año. Sucede que de ese entonces a la fecha se dio una transferencia de casi 17 kg de la carne vacuna hacia el pollo y el cerdo, que sumaron 10 kg y 7 kg a su consumo per cápita, respectivamente. En la actualidad, el consumo de estas dos carnes combinadas (58 kg) supera en 7 kg el consumo de carne vacuna (52 kg). Sin dudas Argentina siempre ha sido considerado un consumidor tradicional de carne vacuna. Es por ello que este cambio de tendencia, en cierto modo, pone en alerta al sector. Sin embargo, analizando la integración del consumo en otros países, se observa una situación más equilibrada dentro de las principales carnes rojas, a excepción de Uruguay, con quien compartimos una cultura gastronómica similar.
Consumo de carne: ¿caída o tendencia?
La reducción de la demanda interna de cortes vacunos está influenciada por la crisis pero también por la competencia de los sustitutos.
Si comparamos la foto de 2009 con la del presente, el consumo total de carnes es exactamente el mismo, 110 kg por habitante por año. Sucede que de ese entonces a la fecha se dio una transferencia de casi 17 kg de la carne vacuna hacia el pollo y el cerdo, que sumaron 10 kg y 7 kg a su consumo per cápita, respectivamente. En la actualidad, el consumo de estas dos carnes combinadas (58 kg) supera en 7 kg el consumo de carne vacuna (52 kg).
Sin dudas Argentina siempre ha sido considerado un consumidor tradicional de carne vacuna. Es por ello que este cambio de tendencia, en cierto modo, pone en alerta al sector. Sin embargo, analizando la integración del consumo en otros países, se observa una situación más equilibrada dentro de las principales carnes rojas, a excepción de Uruguay, con quien compartimos una cultura gastronómica similar.
Ejemplo de ello son Estados Unidos que, con un consumo total que ronda los 100 kg per cápita, el 50 por ciento es consumo de pollo y el restante 50 por ciento se distribuye en partes iguales entre vaca y cerdo. En el caso de Europa, el consumo promedio ronda los 70 kg per cápita, de los cuales cerca del 50 por ciento se integra con carne de cerdo, el 33 por ciento con pollo, 15 por ciento con carne vacuna y el resto con carne ovina.
De hecho, en Australia y Nueva Zelanda, siendo importantes productores de carne vacuna, cerca de la mitad de su consumo está integrado mayoritariamente por pollo y el resto se distribuye entre carne de vacuno, porcino y gran proporción de ovino.
Por lo tanto, ¿es realmente esta baja en el nivel de consumo local consecuencia de la actual pérdida del poder adquisitivo del consumidor o confluyen otros factores que también están afectando la preferencia del consumo?
Pareciera ser que además de razones coyunturales, existen otras que están influyendo cada vez con mayor fuerza sobre el consumo de carnes rojas en general, representan cambios en las tendencias de consumo que trascienden el ámbito nacional.
Se trata de cambios globales que se vienen gestando silenciosamente desde hace tiempo pero que en la actualidad han tomado mayor visibilidad. Tal es el caso del auge de vegetarianos y veganos, de los desarrollos en materia de carne artificial, de las tendencias impuestas por las nuevas generaciones de consumidores, por los movimientos ambientalistas e incluso por un cambio en la dieta del consumidor tradicional de carnes.
En el ámbito local, de acuerdo a una encuesta realizada hace pocos meses por el Instituto de Promoción de Carne Vacuna Argentina (IPCVA) sobre una base de 1.000 consumidores consultados de manera online, se determinó que solo 4 de cada 10 argentinos son "fanáticos" de la carne vacuna, es decir, que están satisfechos con el producto, se quedan con él y lo recomiendan a otras personas para su consumo.
A su vez, el trabajo analizó otras figuras en relación al consumidor como la del "mercenario", quien a pesar de estar satisfecho con el producto si ve algo más barato se va del mismo; la del "rehén" quien pese a no estar satisfecho se queda con el producto porque no encontró otro reemplazo y la del "terrorista", que según esta caracterización es quien se fue definitivamente de la carne. Este mapeo realizado por el IPCVA, permitió arribar a una afirmación muy contundente, "6 de cada 10 argentinos se pueden pasar a otros alimentos" por lo que el trabajo de comunicación hacia el consumidor deber ser sumamente efectivo a fin de evitar mayores fugas.
Comunicacionalmente, la ganadería argentina tiene aún un vasto terreno por recorrer. Siendo un sector con fuerte arraigo nacional, con una alta carga de tradición y sólido posicionamiento a nivel consumidor, la comunicación no ha sido hasta el momento una prioridad. Sin embargo, el mercado pone cada vez más foco es cuestiones de sustentabilidad, buenas prácticas, salud alimentaria y bienestar en general, que resulta imperioso atender pero también transmitir.
Los recientes incendios desatados en el Amazonas y las reacciones internacionales de los distintos Estados, dan cuenta del peso que actualmente ejerce la cuestión ambiental sobre la percepción del consumidor global.
Como sector, debemos ser conscientes de que este consumidor ya no es el mismo de unas décadas atrás. Su nivel de fidelidad es bajo y sus exigencias cada vez más altas. Es un consumidor informado, con un fuerte concepto de responsabilidad social y alta capacidad de discernimiento, que lo desata cada vez más de un consumo por simple tradición.
Agroclave – La Capital (Rosario)
Ante el desafío de aumentar la productividad de los cultivos, ampliar el uso de semilla fiscalizada -que otorga mejores rendimientos- aparece en escena. En Argentina la siembra de semillas autógamas certificadas es muy baja, los números indican que sólo cubren el 20 por ciento de la superficie. Es por eso que para incentivar su uso se presentó recientemente un proyecto de ley que busca deducir el costo total de la semilla del impuesto a las ganancias que paguen los productores agropecuarios. Este beneficio directo para los hombres de campo también repercutiría en toda la cadena semillera, a través de un aumento de la actividad de desarrolladores de germoplasma, criaderos y semilleros multiplicadores, entre otras actividades.
Proponen un incentivo a la semilla legal
El diputado nacional Contigiani presentó un proyecto para que los productores puedan deducir de Ganancias la compra de insumos.
Ante el desafío de aumentar la productividad de los cultivos, ampliar el uso de semilla fiscalizada -que otorga mejores rendimientos- aparece en escena. En Argentina la siembra de semillas autógamas certificadas es muy baja, los números indican que sólo cubren el 20 por ciento de la superficie. Es por eso que para incentivar su uso se presentó recientemente un proyecto de ley que busca deducir el costo total de la semilla del impuesto a las ganancias que paguen los productores agropecuarios. Este beneficio directo para los hombres de campo también repercutiría en toda la cadena semillera, a través de un aumento de la actividad de desarrolladores de germoplasma, criaderos y semilleros multiplicadores, entre otras actividades.
Con este régimen de promoción de semillas autógamas fiscalizadas y legal se busca revertir uno de los problemas estructurales de la cadena, que es el mercado ilegal de semillas.
La Cámara Argentina de Semilleros Multiplicadores (Casem) junto al diputado nacional Luis Contigiani elaboraron un proyecto de ley que apunta incentivar el uso de semilla autógamas legal y la propuesta ya ingresó para su tratamiento en el Congreso de la Nación. En el marco de la jornada de actualización en semillas, organizada por Casem, que se realizó en la Bolsa de Comercio de Rosario se presentaron oficialmente los principales lineamientos del proyecto de ley.
"Intentamos resolver un grave problema, que es que existe un mercado altamente desordenado, donde la semilla ilegal tiene una presencia del 80 por ciento y esto hace inviable los procesos de inversión para semilleros multiplicadores, para criaderos nacionales y desarrolladores de germoplasma que no tienen los retornos de inversión correspondientes y eso retrasa procesos de investigación y producción. Es muy importante abordar este tema", destacó Contigiani durante su paso por la jornada de actualización en semillas, que contó con la participación de más de 65 directores técnicos de semilleros multiplicadores y representantes de laboratorios de análisis de semillas.
Con el proyecto de estímulo para adquisición de semilla fiscalizada se propone un régimen de promoción tributaria. El objetivo es modificar el artículo 87 de la ley 20.568 de impuesto a las ganancias que se refiere a las deducciones especiales de tercera categoría, para que los productores agropecuarios que compren semilla fiscalizada puedan deducirlo de su impuesto a las ganancias en un 100 por ciento.
"Uno diría que si se sanciona esta medida todos los productores en sus liquidación de Ganancias podrán tener casi gratis la semilla fiscalizada, pero este es un beneficio muy importante para los productores y para toda la cadena de semillas", subrayó Contigiani.
En ese sentido, apuntó que el costo fiscal se compensa por nuevos ingresos, a través de otros tributos. "Podemos decir que va haber una merma importante en la recaudación por Ganancias pero en realidad la baja rápidamente se compensa con otras variables.
Al crecer el uso de semilla fiscalizada y bajar la semilla ilegal, tenemos más comercio legal, más venta de semillas, más comercio granario que redunda en que se pague más IVA, más ingresos brutos en las provincias y los mismos semilleros van a pagar más Ganancias como personas jurídicas", detalló Contigiani al tiempo que destacó: "Lo que perdemos por un lado lo estamos ganando por el otro, va haber más trabajo en semilleros multiplicadores, criaderos, logística, transporte".
El diputado nacional apuntó que si el proyecto de ley se aprueba habrá "un efecto importante" y rápidamente se podrá dar vuelta la ecuación y tener 80 por ciento de venta de semilla legal, en lugar del actual 20 por ciento. "Si se permite la liquidación completa hasta al productor que hace uso propio le va a convenir comprar. El impacto va a ser muy alto. Este esfuerzo queda compensado a favor del Estado", puntualizó el legislador.
Por su parte, Juan Boschetti, presidente de Casem, expresó su preocupación por el bajo uso de semillas autógamas fiscalizadas. "El uso es casi vergonzoso, está en un 20 por ciento", consideró y apuntó que como cámara de semilleros multiplicadores pretenden lograr acciones para tener mayor consumo de semilla fiscalizada "que es la de calidad controlada".
En ese sentido, también se manifestó Edgardo Motto, gerente de Casem. Reconoció que el proyecto va a generar un mayor comercio de semilla fiscalizada y mayor desarrollo de los pueblos del interior, que es donde se hace agricultura. "Las expectativas y entusiasmos están por parte de la cámara, este proyecto tiene que ser tratado y los legisladores tienen que entender que puede ser una herramienta útil para el desarrollo", sostuvo el ingeniero agrónomo.
Agroclave – La Capital (Rosario) – Patricia Martino