Sojas estresadas
La seca primero se llevó puesta la cosecha fina, luego la producción de las alfalfas y ahora impacta de lleno en el maíz temprano, que había arrancado mal por falta de lluvias en primavera. Hoy las plantas deben luchar contra un sándwich en el suelo, que muestra una capa húmeda de 5-10 cm, 70-100 cm totalmente secos y después la napa que se profundizó y está accesible a muy pocas raíces.
Las sojas tempranas también muestran señales de estrés hídrico y ya nadie espera rindes de 50 quintales por hectárea. No obstante, algunos productores conservan la esperanza de una recuperación tardía, porque la oleaginosa define gran parte del rinde en R4, una fase que todavía no se alcanzó. La campaña 2020/21 no será fácil de olvidar: combinó precios que hacía muchos años no se veían, con un clima que también hacía muchos años que no se veía e hizo acordar a 2008.
Campo – La Nación – Carlos Marin Moreno