Sin dudas el efecto comentado anteriormente, fue potenciado por la muy buena cosecha obtenida el año pasado en varias zonas del país. No obstante esto, también estuvo la mano de las fábricas para incentivar las ventas. “Siempre al productor hay que mostrarle los avances tecnológicos de la máquina, hay que incentivarlo con formas de pago y mostrarles las ventajas que el producto le va a traer”, dijo el industrial colonense.
Inversiones que fortalecen
A pesar del desconcierto general que se vivió en la economía, para muchos fabricantes el 2020 fue el mejor año de la última década. Por ahora no están disponibles las cifras oficiales de diciembre porque el Indec solo publicó datos hasta el tercer trimestre, sin embargo los empresarios citan variaciones interanuales de ventas de entre 30% y 50%.
Esta situación alentó a los fabricantes a comenzar con restructuraciones en sus instalaciones y a mejorar sus procesos de producción con la implementación de nuevas tecnologías.
El Grupo Crucianelli por ejemplo, invertirá u$s4 millones para construir un nuevo depósito de 2100 metros cuadrados y avanzar con una serie de obras internas en la planta de producción de sembradoras establecida en la ciudad santafesina de Armstrong.
Asimismo, a pocos metros de allí, la firma Cele aprovechó el 2020 para poner a punto su nueva sede fabril ubicada en el área industrial de Armstrong. Los 3.000 metros cuadrados de su galpón histórico ya quedó chico: a lo largo de este año cortará las cintas de una nave de 7.000 m2, en el que tendrá mayor capacidad para cumplir con demandas internas y externas.
Las fábricas se agrandan
Por su parte, la firma de sembradoras ERCA, también con base industrial en Armstrong, inaugurará este año una nueva nave de fabricación en un terreno adquirido durante 2018. Se trata de una estructura de 11.800 metros cuadrados que se encuentra contigua a la tradicional fábrica en el parque industrial local.
La inauguración oficial se produce en un momento donde la empresa obtuvo un incremento de
En tanto, la firma de sembradoras Tanzi, el año pasado realizó una primera etapa de una obra en su planta industrial de Arequito, con 5.000 m2 destinados a pintura, línea de montaje y expedición.
La segunda etapa avanza a pasos agigantados, incluso a pesar de la pandemia que obligó a reestructurar procesos para incorporar protocolos sanitarios. Esta comprende 7.000 m2 para completar toda la estructura de producción de la fábrica, y se sumarán 3.000 m2 extra para oficinas y showroom.
Nuevas tecnologías
Además, la empresa Richiger invierte en tecnología para renovar el equipamiento de su planta industrial en Sunchales (Santa Fe) durante el 2020. Allí incorporó el torno de control numérico Hyundai WIA L280 de última generación.
El centro de torneado presenta un diseño de cama inclinada de 60°, desarrollado para absorber la vibración y minimizar el crecimiento térmico.
Además, asegura una plataforma estable para capacidades de corte potentes y precisas y le permite a la firma optimizar los procesos de fabricación de las máquinas.
Lay que proteja la producción nacional
Desde la provincia de Córdoba, se impulsa una Ley Nacional que proteja al empresario industrial de la Maquinaria Agrícola. La provincia es la segunda en cantidad de empleados que trabajan en este sector (9900), detrás de Santa Fe (11900) pero encima de Buenos Aires (3600).
La idea no es sustituir importaciones, sino que las empresas locales tengan mayores beneficios impositivos y financieros. Luciana Mengo, presidenta de la Asociación de Fabricantes de Maquinaria Agrícola de Córdoba (Afamac) aseguró que no buscan un cerrojo o cepo a la maquinaria importada, pero “sí que existan reglas justas y parejas”.
“No es lo mismo generar una línea de producción que una de ensamble, o dejar dinero aquí que llevarlo a otro país. Hablamos de empresas familiares que son segunda y hasta cuarta generación y eso demuestra el arraigo”, dijo la dirigente.
El ABC Rural – Lucas Mich